lunes, 1 de febrero de 2010

El futuro es una batalla del presente

Apple, Microsoft y Google compiten por un negocio con enorme potencial

Gina Pagano casi no habla por teléfono. Se comunica esencialmente por correo electrónico, chats y mensajes de telefonía móvil. Lo que necesita, dice esta productora de la agencia publicitaria neoyorquina Bikini Edit, lo lleva en el bolsillo: un dispositivo celular interactivo que le ofrece "acceso inmediato a contenidos y servicios, en cualquier momento y lugar". Como ella hay cientos de millones.

Su afirmación es la plasmación real de lo que visionaron los gurús de

Google, Apple y Microsoft a final de la pasada década. Y ése es el terreno en que se mueve el negocio de la electrónica de consumo, donde se quiere rentabilizar hasta el último dólar. Ahora lo que cuenta es la portabilidad total. El ordenador tradicional se ve ya como algo de una época lejana.

Los tres gigantes tecnológicos se han lanzado en una intensa batalla por llevarse el mayor bocado de una tarta que empieza a crecer y con gran potencial. Dell,

HP y Lenovo no quieren quedarse atrás en esta carrera por dar con el dispositivo más ligero y delgado, que vaya más allá del ordenador portátil.

Hay nuevas armas de batalla. La última es el tablet, un ordenador plano que, debido a su tamaño, Gina no podrá llevar en el bolsillo. En la práctica, el tablet busca cubrir el hueco entre los teléfonos inteligentes y los portátiles de bajo coste, los conocidos como los notebooks. Y con su capacidad multimedia es una amenaza para los lectores de libros electrónicos, como el Kindle.

"Internet en tus manos", dijo Steve Jobs, consejero delegado de Apple, al presentar el iPad, del que dice "es más íntimo que un portátil y mucho más capaz que un teléfono inteligente". La expectación ante el nacimiento del iPad obligó a Microsoft a anunciar con HP el lanzamiento a final de año de un dispositivo similar, que curiosamente existe desde hace más de dos décadas, pero con nada de éxito comercial.

Jobs es el maestro en entender las tendencias y trasladarla a productos atractivos, como si estuviera creando una nueva necesidad. Y en Cupertino, sede de Apple, no van a dejar, además, que se agote el frenesí creado por el reproductor iPod, con el que revolucionó la forma de comprar y escuchar música, y el iPhone, que transformó en apenas dos años el uso del móvil con miles de aplicaciones.

La clave, advierten los observadores en Silicon Valley, está en la innovación constante. Incluso en los periodos económicos más adversos, las ventas de ordenadores Mac desafían la recesión y crecen por todo el mundo a la vez que su iPhone planta cara a grandes firmas de las telecomunicaciones, como Nokia o Samsung, y el iPod se cuelga de los oídos de los jóvenes.

Apple facturó 15.680 millones de dólares sólo durante los últimos tres meses de 2009, que le aportaron un beneficio de 3.380 millones. Es un 50% más que en el mismo trimestre de 2008. En ese periodo vendió 3,4 millones de ordenadores, 8,7 millones de teléfonos y 21 millones de reproductores digitales. El 58% de los ingresos los generó fuera de EE UU.

"Si quieres más y mejores empleos, engendra más Steve Jobs", dice el economista Thomas Friedman en unas de sus columnas, en una llamada a la Casa Blanca a destinar más recursos a proyectos en ingeniería, ciencia y tecnología para preservar el liderazgo de EE UU. Barack Obama, dice Friedman, "debería haberse centrado en eso desde el primer día".

Jobs no es el único que sabe lo que está en juego. Google, con las arcas llenas de dinero, está embarcada en proyectos que van más allá de su aplastante motor de búsqueda, para ampliar así su fuente de ingresos. Acaba de zambullirse en el mercado de la telefonía con el Nexus One para extender su dominio de la publicidad online.

Apple y Google eran hasta hace poco aliados frente a un enemigo común: Microsoft. El gigante pilotado por Bill Gates sigue siendo la firma tecnológica con la mayor capitalización bursátil, valorada en 263.500 millones, mientras el valor en Bolsa del fabricante de los Mac se mueve entorno a los 190.000 millones. Las acciones de Apple se han disparado más de un 6.000% desde 1997 y ya es más grande que Google, con unos 172.000 millones.

Google ganó 1.970 millones en el cuarto trimestre de 2009, tras ingresar 6.700 millones. Multiplicó las ganancias por cinco, si se compara con hace un año. La compañía empieza a notar ya una mejora en el negocio de la publicidad, lo que le está permitiendo recuperar la trayectoria que llevaba antes de la recesión.

Su decisión de vender teléfonos móviles no fue del todo bien recibida por los inversores. Aunque entienden que puede ser una vía adicional de ingresos, el coste de la promoción y del soporte técnico puede eclipsar a corto plazo lo que genera en ventas. Eric Schmidt, su consejero delegado, cree sin embargo que la telefonía móvil es el negocio que puede generar más crecimiento.

Pero ser la más grande, no es garantía del éxito permanente. Microsoft intenta resucitar su buscador con el Bing. Y en medio de esta batalla, entre bastidores surgen alianzas antes impensables. Para hacer frente a Google, Microsoft se alió con Yahoo! y busca forjar ahora un pacto con Apple para llevar el Bing al iPhone y, quizás, al iPad. Por si no fuera suficiente, Google está imponiendo su propio navegador Chrome y un sistema operativo alternativo al Windows para ordenadores y teléfonos móviles.

Microsoft, Apple y Google buscan, en definitiva, revolucionar la distribución de contenidos y aprovechar su potencial. Dicho de otra manera, los nuevos dispositivos electrónicos ultraportátiles emergen como una plataforma puente entre distintas industrias, como la editorial, videojuegos y audiovisual. Y por eso no es de extrañar que firmas como Disney se suban a la ola.

En definitiva, dispositivos como el iPad permitirán ver vídeos mucho mejor que en los reproductores que se conocen y leer libros, blogs y noticias como en un portátil. Y seguramente permitirá hacer algo que aún no se puede imaginar, como sucedió con el iPhone. Lo que está por ver es cómo este nuevo producto acabará canibalizando a otros artilugios de la marca, como el iPod o el MacBook.

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