Pese a todos los intentos de los últimos veinte años por diseñar el formato definitivo de lector de libros electrónicos, todo parece indicar que quien finalmente se llevará el gato al agua será un dispositivo no diseñado específicamente como e-reader, sino un gadget multiuso que no es más que una evolución del más exitoso de los teléfonos inteligentes: el iPad que presentó el miércoles Apple.
Durante las últimas dos semanas, la convocatoria a la prensa de la empresa de Cupertino desató una oleada de rumores y la creciente expectación de todos los apasionados tecnológicos, que acabó salpicando incluso a toda la prensa. Una técnica de márquetin que desde Apple saben manejar a la perfección, dosificando filtraciones y deslices más o menos autorizados, hasta conseguir hacer de cada nuevo lanzamiento todo un acontecimiento. Pero, ¿qué es en realidad el iPad?
Entre el iBook y el iPhone
Los rumores que hablaban de la presentación de un 'tablet' (un ordenador con pantalla táctil, en la que en lugar de puntero se utiliza un gadget mucho menos sofisticado: el propio dedo) acertaron en casi todo, si exceptuamos el nombre, iSlate, que finalmente resultó ser una pista falsa. Pero tampoco andaban muy desencaminados aquellos especialistas que vaticinaron la presentación de la siguiente generación de iPhones. Y es que la apariencia externa del nuevo iPad es la de un iPhone mucho más grande -su pantalla es de 9,7 pulgadas, frente a los 3,5 del teléfono- y, lo que es mucho más importante, ambos comparten sistema operativo, el iphoneOS 3. Y no terminan ahí las analogías entre ambos aparatos: los dos compartirán las más de cien mil aplicaciones disponibles en la tienda de software de Apple.
Un dispositivo multiuso
El iPad es un aparato multimedia, capaz de reproducir audio y video, tratar imágenes, editar imagen, navegar por internet -vía WIFI o 3G-, editar texto y reproducir libros electrónicos. Sus funciones, sin embargo, no son demasiado novedosas: todas, o casi todas, estaban disponibles en otros dispositivos ya existentes, bien en los ordenadores portátiles o bien en los teléfonos inteligentes. Sin embargo, lo que le aporta un atractivo singular es la combinación de sus dimensiones (24 por 19 centímetros, poco más que una cuartilla, y un grosor por debajo del centímetro y medio) y escaso peso (alrededor de los 700 gramos), que facilitan su transporte, y el manejo mediante la pantalla táctil. Frente a las consolas de videojuegos o los lectores de libros electrónicos, los portátiles resultan demasiado voluminosos para su transporte, y el iPhone, que ofrecía prestaciones muy similares, tiene una pantalla demasiado pequeña, lo que hace la lectura más incómoda, aparte de utilizar tecnología LCD, que Apple ha sustituido en sus nuevos inventos por los más actuales monitores LED.
LED vs e-ink
Pantallas retroiluminadas (LED) o tinta digital (e-ink), ese será en los próximos meses el gran dilema que llevará a discusiones bizantinas tanto a expertos como a usuarios, discusiones que recordarán a las clásicas disyuntivas entre mac o windows, o incluso entre beta y VHS, en las que, más que cuestiones técnicas, se apelaba a argumentos pragmáticos -está más difundido, es más "amigable"- o incluso sentimentales -pues cada cual defendía su propia elección-.
En esta ocasión, sin embargo, las diferencias técnicas entre los dispositivos pueden ser fundamentales, puesto que su verdadera utilidad, al menos como lectores de ebooks, vendrá definida por la posibilidad de leer o no la pantalla en cualquier parte. Algo de lo que sí pueden presumir el Kindle o el Boox de Onyx, específicamente diseñados para poder leer en cualquier circunstancia, en un banco del parque o tumbados en una playa bajo el sol de agosto. Tampoco se puede obviar el detalle de que la tinta electrónica cansa mucho menos la vista del lector.A favor del monitor de la marca de la manzana, no obstante, está no sólo su capacidad multimedia -lo que daría pie a los libros verdaderamente electrónicos, en los que apoyar el texto con sonido, imagen y movimiento-, sino algo tan simple como el color, aún no disponible en los dispositivos de e-ink.
Gadgets multiusos
En la keynote de Apple, su presidente Steve Jobs dedicó una mención al Kindle de Amazon, al que agradeció su papel pionero. Sin embargo, esta deferencia no es más que una declaración de guerra comercial: aunque el iPod no es específicamente un lector de libros digitales, sí que incorpora de serie una nueva aplicación, iBooks, que es toda una amenaza para la librería on-line. Se trata de un lector de diseño muy atractivo y un manejo extremadamente sencillo, cuya tienda online amenaza con seguir los pasos del rotundo éxito de su homóloga musical, el iTunes Store.
Y es que Apple ha anunciado acuerdos con cinco gigantes de la industria editorial estadounidense: Penguin, HarperCollins, Simon & Schuster, Macmillan y Hachett Book Group. Además de McGraw-Hill, cuyo presidente adelantó en la CNBC algunos detalles del nuevo iPad. A pesar de que no sea, rigurosamente, un lector de ebooks, es evidente que, si consigue emular el éxito de sus hermanos iPod e iPhone, se convertirá en una seria competencia para otros dispositivos como el Borders Ebook o el Sony Reader.
Guerra de precios
La mayor sorpresa del nuevo gadget es su precio de lanzamiento, desde los 500 a los 900 dólares. Como, además, se suprimen los contratos en exclusiva con las operadoras telefónicas -a pesar de que se rumorea que MoviStar podría distribuirle en España-, no habrá restricciones nacionales como con el iPhone, por lo que un dispositivo adquirido en Estados Unidos o a través del AppleStore será operativo también en nuestro país. Lo que, por el momento, no estará disponible para clientes internacionales es la iBooks Store. Así, por unos 350 euros estará disponible el iPad, frente a Kindle, que cuesta aproximadamente la mitad, 185 euro (250 dólares). Los precios del nuevo Sony Reader oscilan entre los 200 y los 400 dólares, según versiones.
Ventajas del iPad
Frente a las demás opciones de lectores, el dispositivo de Apple se presenta como mucho más atractivo y versátil que cualquier otro ereader. Además, hay que tener en cuenta la extrema fidelidad del cliente de la marca de la manzana, siempre ansioso de adquirir cualquier novedad de la firma. Si, además, tenemos en cuenta que el iPad es prácticamente un ordenador completo -para el que la empresa ha diseñado una completa serie de accesorios, como fundas, cargadores, teclados compatibles y adaptadores para cámaras y memoria adicional-, que Apple ha demostrado que es capaz de convertir en objeto de culto cualquier novedad tecnológica, que la conexión 3G se liberaliza y que el precio de lanzamiento es extraordinariamente asequible, todo parece augurar que el nuevo juguete de Steve Jobs será todo un éxito.Y, una vez que se ha adquirido el iPad, ¿para qué buscar otro lector de ebooks?
En contra
Pero no todo son lisonjas: ¿qué sentido tiene transportar un aparato que, como no tiene teléfono, te obliga que seguir llevando en el bolsillo un iphone? Y es que todo, o casi todo lo que hace el iPad ya lo hacía el móvil de Apple. Todo, excepto poder leer libros con una cierta comodidad.
Otro punto flaco es que no cabe en un bolsillo, como el iphone. Su tamaño, algo mayor que una cuartilla, no es precisamente el más cómodo. Se acerca al de un libro de gran formato, pero teniendo en cuenta que es mucho más delicado.Queda por ver si la pantalla, que no tiene tecnología e-ink, podrá utilizarse en condiciones de alta luminosidad.Aparte de las carencias que apreciarán los más apasionados de la tecnología: no tiene cámara, y el disco duro es algo escaso, especialmente para sacar partido a las posibilidades multimedia que ofrece.
Irresistible
Pero, sin lugar a dudas, su gran virtud está en una inteligente combinación de facilidad de uso, potencia y diseño de gran atractivo, que hacen que los aparatos de la competencia luzcan increíblemente anticuados. ¿Parecen realmente un iPad y un Kindle dispositivos del mismo siglo? En definitiva, el Apple iPad no ofrece nada radicalmente nuevo, ni viene a cubrir ningún nicho de mercado olvidado, ni es la solución perfecta para ninguna necesidad informática. Pero ¿quién no quiere uno?
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