Dentro de los 30 nuevos negocios en los que se introducirá en el futuro, Cisco ha anunciado el lanzamiento a finales de año de un satélite que dará acceso a Internet en zonas no cableadas.
Cisco quiere lanzar un satélite al espacio, dentro del programa Internet Routers In Space (IRIS) promovido por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. El objetivo es que sea más sencillo y económico ofrecer acceso a Internet de banda ancha en los lugares no cableados.
Los satélites pueden llevar los datos de Internet y conectarse a través de estaciones base en la tierra, pero conforman una red separada, según Greg Pelton, director general de IRIS en Cisco. La estación de la tierra envía señales al satélite utilizando una frecuencia determinada y la cabina la devuelve a otra estación terrestre predefinida. Los usuarios, así como los proveedores de servicios y organismos gubernamentales, tienen que “alquilar” esa frecuencia y gestionarla, la estén utilizando o no.
Los enlaces de los satélites representan conexiones punto a punto diferenciadas en una Internet que está diseñada para transmitir paquetes por el mundo en cualquier red y en cualquier tipo de enlace físicos. Esto se debe a que no hay routers en el espacio, según Pelton. Si los satélites de comunicaciones tuvieran routers, podrían gestionar paquetes IP y enviarlos a diversos lugares, a través de diferentes estaciones de tierra u otros satélites.
Además, estos nuevos satélites permitirán eliminar los lapsos de tiempo, según los expertos. Algunos satélites, como los utilizados por Iridium, pueden comunicarse directamente con otros, pero no utilizan el estándar universal IP. De hecho, la actual tecnología de satélites es muy cara y propietaria, según estas mismas voces.
Sin embargo, dos desarrollos recientes han impulsado la creación de estos routers IP en la industria de los satélites, según Pelton. Una es la explosión en la capacidad de satélites, desde una capacidad tradicional de 2 Gbps a una de hasta 150 Gbps. Algo que es posible gracias a que los satélites pueden trabajar en una serie de frecuencias conocidas como la banda Ka, así como por una nueva tecnología de antenas denominada “spot beams”. En lugar de utilizar una antena para todo un continente, algunos satélites tienen muchas antenas, cada una de ellas centrada en un área concreta. Todos estos “spot beams” pueden utilizar la misma frecuencia al mismo tiempo, lo que multiplica el número de datos que pueden transmitirse a la vez en dicha frecuencia, según Pelton.
Cisco ya tiene un router IP en el espacio. Hace cinco años, la compañía modificó uno de sus Mobile Access Routers y lo envió a la órbita espacial en un satélite científico. Cisco ha utilizado este router para experimentos, pero tiene poca capacidad y no cuenta con la potencia suficiente para estar operativo todo el tiempo.
Las pruebas reales comenzarán, pues, a finales de este año con el lanzamiento de un dispositivo específicamente diseñado para este cometido en el IS-14, un satélite de comunicaciones. Una vez que esté en órbita, el gobierno de Estados Unidos experimentará con el router durante tres meses, después de los cuales los operadores y empresas privadas también podrán probarlo durante un año, tal y como explica Pelton.
Cisco quiere lanzar un satélite al espacio, dentro del programa Internet Routers In Space (IRIS) promovido por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. El objetivo es que sea más sencillo y económico ofrecer acceso a Internet de banda ancha en los lugares no cableados.
Los satélites pueden llevar los datos de Internet y conectarse a través de estaciones base en la tierra, pero conforman una red separada, según Greg Pelton, director general de IRIS en Cisco. La estación de la tierra envía señales al satélite utilizando una frecuencia determinada y la cabina la devuelve a otra estación terrestre predefinida. Los usuarios, así como los proveedores de servicios y organismos gubernamentales, tienen que “alquilar” esa frecuencia y gestionarla, la estén utilizando o no.
Los enlaces de los satélites representan conexiones punto a punto diferenciadas en una Internet que está diseñada para transmitir paquetes por el mundo en cualquier red y en cualquier tipo de enlace físicos. Esto se debe a que no hay routers en el espacio, según Pelton. Si los satélites de comunicaciones tuvieran routers, podrían gestionar paquetes IP y enviarlos a diversos lugares, a través de diferentes estaciones de tierra u otros satélites.
Además, estos nuevos satélites permitirán eliminar los lapsos de tiempo, según los expertos. Algunos satélites, como los utilizados por Iridium, pueden comunicarse directamente con otros, pero no utilizan el estándar universal IP. De hecho, la actual tecnología de satélites es muy cara y propietaria, según estas mismas voces.
Sin embargo, dos desarrollos recientes han impulsado la creación de estos routers IP en la industria de los satélites, según Pelton. Una es la explosión en la capacidad de satélites, desde una capacidad tradicional de 2 Gbps a una de hasta 150 Gbps. Algo que es posible gracias a que los satélites pueden trabajar en una serie de frecuencias conocidas como la banda Ka, así como por una nueva tecnología de antenas denominada “spot beams”. En lugar de utilizar una antena para todo un continente, algunos satélites tienen muchas antenas, cada una de ellas centrada en un área concreta. Todos estos “spot beams” pueden utilizar la misma frecuencia al mismo tiempo, lo que multiplica el número de datos que pueden transmitirse a la vez en dicha frecuencia, según Pelton.
Cisco ya tiene un router IP en el espacio. Hace cinco años, la compañía modificó uno de sus Mobile Access Routers y lo envió a la órbita espacial en un satélite científico. Cisco ha utilizado este router para experimentos, pero tiene poca capacidad y no cuenta con la potencia suficiente para estar operativo todo el tiempo.
Las pruebas reales comenzarán, pues, a finales de este año con el lanzamiento de un dispositivo específicamente diseñado para este cometido en el IS-14, un satélite de comunicaciones. Una vez que esté en órbita, el gobierno de Estados Unidos experimentará con el router durante tres meses, después de los cuales los operadores y empresas privadas también podrán probarlo durante un año, tal y como explica Pelton.
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