Albert “Segvec” González es un cracker ya que consiguió robar unos 130 millones de números de tarjetas de crédito, junto a dos compinches rusos. Este hijo de cubanos de 25 años se había declarado culpable para aliviar un poco la condena, ante lo que el juez definió como “el más grande y más costoso hackeo de la historia de EE.UU.”.
Pese a su confesión y a que su defensa alegó que González sufre del síndrome de Asperger (un tipo de autismo), la jueza Patti Saris no tuvo compasión y lo condenó a 20 años de cárcel. Lo de alegar autismo quedó comprobado que no resulta, ya que el inglés Gary McKinnon apeló a lo mismo para evitar la extradición a EE.UU., pero fracasó en su intento.
El trío de pillos atacó a más de 250 compañías estadounidenses, a las que les robo información de sus clientes. González culpó a su “adicción a internet y a la curiosidad” estos ataques. Además, enterró 1,1 millones de dólares en el patio de la casa de sus padres, sin que ellos se enteraran.
Esta banda internacional inyectó un sofisticado código SQL para aprovechar una vulnerabilidad en el software del sistema de pago, lo que le entregó los datos de las tarjetas de los clientes. La buena noticia para González es que está en prisión desde mayo de 2008, por lo que sólo le quedan 18 años tras las rejas.
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