Reporteros Sin Fronteras alerta del aumento de la represión y la censura en la Red
El auge de las redes sociales, como Facebook, o de portales como Youtube, ha cambiado las reglas de juego: por un lado, proporcionan un valioso instrumento de movilización y denuncia para los descontentos, como se ha visto en las protestas en Irán; pero por otro, provocan la reacción furibunda de las autoridades y desatan un mayor afán de control. Los dirigentes de estos países han pasado de lidiar con revoluciones de colores a "revoluciones de Twitter", según el informe. Es el choque de la "Web 2.0 frente a Control 2.0".
"En 2009 se duplicaron los países que ejercen algún tipo de censura, 60, y hubo un récord en el cierre de sitios y de blogueros y usuarios encarcelados, 120", afirma Malén Aznárez, vicepresidenta de RSF en España. "A medida que Internet se populariza y es más accesible, los Gobiernos se han dado cuenta de que lo pueden controlar, de que hay más medios tecnológicos", afirma. Aznárez augura que "la ciberrepresión va a ir a peor", pues las autoridades "están ganando ventaja aceleradamente".
Los 12 países calificados como "enemigos de Internet" por RSF (Arabia Saudí, Birmania, China, Corea del Norte, Cuba, Egipto, Irán, Siria, Túnez, Turkmenistán, Uzbekistán y Vietnam) utilizan distintos métodos: desde los que impiden el desarrollo tecnológico y de infraestructuras para tratar de impedir el acceso a Internet, como Corea del Norte, Birmania o Turkmenistán, a los que desarrollan sofisticados sistemas y emplean a miles de personas para vigilar la Red, como China. En el último año, Vietnam e Irán han aumentado extraordinariamente el control y las detenciones de internautas.
Frente a los sistemas de filtrado y de desencriptación de e-mails, los internautas contraponen herramientas como Tor, Psiphon o UltraReach. La solidaridad en la Red hace que se globalicen los instrumentos, como UltraReach, un proxy desarrollado para los internautas chinos que utilizan miles de iraníes.
Proteger la moral, la seguridad nacional, la religión o las minorías étnicas son algunas de las excusas que esgrimen muchos Gobiernos para limitar el acceso a Internet de sus ciudadanos. Pero la legislación contra la pederastia o la protección de la propiedad intelectual pueden suponer una amenaza para la libertad en la Red, destaca Aznárez. El informe de RSF incluye, entre los países "bajo vigilancia", democracias consolidadas como Australia o Corea del Sur, por imponer leyes restrictivas.
Aznárez critica duramente la inclusión de España en el listado de Google de países que ejercen la censura. "El Gobierno español no ejerce ningún tipo de censura. Poner a España al mismo nivel que países como China o Irán por una sentencia judicial -que obligaba al cierre de dos blogs anticatalanes- es intolerable", afirma.
Los principales enemigos de Internet son, según el informe:
CHINA
El país con el mayor número de internautas en el mundo, 380 millones, según las autoridades chinas, encabeza también la represión en la Red. China ha desarrollado la "Gran Muralla electrónica", como se conoce al sistema de censura más avanzado tecnológicamente. Un ejército de 40.000 empleados estatales y del partido comunista revisando los archivos que circulan en Internet. Con 30 periodistas y 72 blogueros y usuarios presos por hacer públicas sus opiniones en la Red, China es también la mayor cárcel del mundo para los internautas, según denuncia RSF.
Los censores bloquean webs con términos como "Tiananmen", "Dalai Lama", "democracia" o "derechos humanos". Pekín ha desarrollado una auténtica intranet, controlada por el régimen, a la que son redirigidos automáticamente los internautas chinos que utilizan idiogramas.
Según RSF, Pekín ha endurecido su control en los últimos meses, y ha anunciado que todas las webs tendrán que registrarse en una "lista blanca" autorizada. Las autoridades también tratan de intervenir en los foros de discusión, mediante la propaganda diseminada por usuarios infiltrados, que reciben dinero a cambio de sus comentarios progubernamentales.
Pese a todas las restricciones, los chinos han demostrado que son una comunidad activa e inventiva, según el informe, con blogueros que se han hecho conocidos por su cobertura de temas sociales, como los desahucios forzosos o negligencias de las autoridades locales. Cuando actúan de forma organizada, también han logrado cierta influencia.
BIRMANIA
Con una de las tasas de penetración de Internet más bajas en el mundo, sus usuarios están, sin embargo, entre los más amenazados. El simple hecho de conectarse está visto como un acto de disidencia. De hecho, dos altos funcionarios han sido condenados a muerte por enviar al extranjero documentos por e-mail.
La mayoría de los internautas se conecta a través de cibercafés, que sufren una vigilancia cada vez mayor. Los propietarios están obligados a hacer capturas de pantalla de cada ordenador cada cinco minutos y a tener preparados los datos de los usuarios por si la policía los requiere. También tienen prohibido ayudar a los internautas a crearse cuentas de correo, especialmente de Gmail.
La sola posesión o uso de un módem sin permiso puede ser castigada con 15 años de cárcel. RSF recoge casos como el del humorista, Zarganar, condenado a 35 años de prisión por colgar posts criticando la gestión gubernamental de la ayuda internacional tras el ciclón Nargis. El hecho de que Zarganar hiciera declaraciones a la prensa extranjera endureció la condena.
CUBA
No se han cumplido las expectativas de un mejor acceso a Internet despertadas por los anuncios de Raúl Castro, en 2008, de que se levantarían las prohibición para los cubanos de poseer un ordenador o de visitar los hoteles para extranjeros. El régimen tiene un control total, en una isla en la que conviven dos sistemas: la red internacional, cuyo acceso está restringido a los hoteles extranjeros y a una pequeña élite con permiso; y una intranet cubana, que básicamente consiste en una enciclopedia, algunas webs gubernamentales, como Granma, y algunas direcciones de e-mail.
La lentitud del servicio y el alto precio disuaden a la mayoría de los cubanos de utilizar la red internacional desde los hoteles. "El precio, 5,4 euros la hora, es prohibitivo. El salario medio es de 20 euros al mes", explica Aznárez. En este contexto, está en auge un mercado negro de contraseñas de los pocos autorizados por el régimen a acceder a Internet.
El informe también denuncia el acoso creciente del régimen en los últimos meses a blogueros como Yoani Sánchez (Generación Y ), que ha sufrido una verdadera campaña de difamación y ataques contra ella y su marido en una manifestación en noviembre pasado. La publicación de comentarios "contrarrevolucionarios" en webs alojadas en el extranjero se puede castigar con penas de hasta 20 años de cárcel.
IRÁN
La vigilancia de la Red llega al punto de que los proveedores de Internet alquilan el ancho de banda a la Compañía de Telecomunicaciones de Irán, controlada por la Guardia Revolucionaria. Desde que el presidente, Mahmud Ahmadineyad, resultara reelegido en junio pasado en unas elecciones calificadas de fraudulentas por la oposición, la represión contra los internautas se ha multiplicado.
Redes como Facebook y Twitter, que han facilitado la organización de las protestas, han sido bloqueaddas continuamente. También páginas como Youtube o Flickr, que permiten dar a conocer al mundo la brutalidad de la represión. Las imágenes de la muerte de la joven Neda en una manifestación dieron la vuelta al mundo y dañaron la reputación del régimen. Así, en las concentraciones las fuerzas de seguridad intentan evitar que la gente tome fotos o vídeos con sus móviles.
Cerca de 60 periodistas y blogueros están en prisión. Unos 30 internautas fueron detenidos desde junio. El bloguero Omidreza Mirsayafi murió en prisión, hace un año. Pese a ello, la blogosfera iraní es una de las más activas del mundo. Con una población muy joven, muchos usan software como UltraReach o FreeGate para sortear la censura.
Irán aplica uno de los filtros más estrictos a Internet en el mundo. La censura, aplicada inicialmente a contenidos considerados blasfemos u obscenos, incluye cada vez más webs con contenido político. También se bloquean cada vez más las páginas en inglés, y no sólo en farsi.
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