Junto al auge de lectores de libros electrónicos como el Kindle, el Sony Reader y el Nook viene aparejado el flagelo del mundo digital: la piratería.
A medida que aumenta el número de lectores de libros electrónicos como el Amazon Kindle, también crece la peor pesadilla de la industria: la piratería de los libros electrónicos. Aunque por mucho tiempo considerada como dominio exclusivo de un puñado de individuos dispuestos a explorar los títulos más extraños en los callejones oscuros de la Internet para leerlos en sus PC, los editores dicen que el problema se expande a medida que los lectores de libros electrónicos crecen en popularidad y que aumenta el apetito por títulos electrónicos de corriente principal.
“Ahora estamos viendo la piratería de grandes volúmenes de libros electrónicos en las redes de archivos compartidos y en sitios de la Web”, dice Ed McCoyd de la Asociación de Editoriales Estadounidenses, una organización comercial que representa a las más importantes casas editoriales de ese país. Se desconoce el porcentaje de crecimiento desde el año pasado de los títulos disponibles ilícitamente, indica McCoyd. Otras editoriales, como Hachette Book Group, alegan que la piratería de libros electrónicos ha crecido “exponencialmente” desde el año anterior.
Una revisión de los libros electrónicos disponibles para la descarga ilícita confirma que la piratería de libros electrónicos ya no está dominada por los títulos técnicos sino que incluye autores de best-sellers como Janet Evanovich, John Grisham y James Patterson. PCWorld encontró que una tercera parte de los 15 libros de ficción de mejor venta en la lista de Publisher’s Weekly de 2009 se podían encontrar en una red creciente de compañero a compañero, en sitios de intercambio de libros y en servicios de archivos compartidos.
La disponibilidad de los libros de mejor venta es sólo el comienzo. PCWorld descubrió estanterías virtuales, llenas de títulos de libros electrónicos pirateados que varían desde la ficción y la no ficción popular con derechos de autor hasta cuadernos escolares y libros electrónicos que muestran cómo hacer las cosas. Todos se pueden descargar y están listos para verse con su lector de libros electrónicos favorito, ya sea el Amazon Kindle, el Sony Reader, o el Nook de Barnes & Noble.
“Estamos conscientes que la piratería de libros electrónicos es un problema y nos tomamos el asunto muy en serio”, dice Paul Aiken, director administrativo de The Authors Guild (Gremio de autores), un grupo que representa a los escritores. “Hemos visto cómo la industria cinematográfica y musical han tenido que lidiar con esto y la lógica dice que también nos tocará enfrentarnos al problema”. Aiken dice que aunque no le preocupa el crecimiento en la disponibilidad de títulos electrónicos en la Internet, no está convencido de que el número de personas que realmente descargue archivos digitales aumente tan rápido.
Comparado con la piratería de la música, los libros electrónicos ilícitos no están tan generalizados ni son tan fáciles de adquirir. Los piratas deben estar determinados a encontrar títulos específicos de libros electrónicos. Los archivos de libros electrónicos pirateados (comúnmente disponibles como PDF) a veces están mal reproducidos y en ocasiones no son más que imágenes de páginas digitalizadas—no texto.
Entre la espada digital y la pared
La preocupación sobre la piratería ha impedido que muchos editores y autores, especialmente J.K. Rowling, autora de la serie de libros Harry Potter, adopten el formato del libro electrónico—lo cual es una lástima para los lectores. El temor es que los archivos de libros electrónicos protegidos por la tecnología de administración de derechos digitales (DRM) pudiera ser pirateada de cualquier manera. Sin embargo, negarse a aprovechar el formato de libro electrónico a veces puede ser contraproducente y fomentar la piratería, dice el analista de tecnologías del consumidor Rob Enderle del Enderle Group.
Por una cantidad de dinero relativamente pequeña, los piratas tienen la posibilidad de convertir cualquier libro en un archivo de texto sin protección, aún cuando no se cree un libro electrónico legítimo, dice Enderle. “Este temor por la piratería electrónica realmente está fomentando el movimiento de la piratería”, apunta él.
Eso es lo que sucedió con la obra de Rowling. Aunque Scholastic’s Books, la casa editorial de Rowling, no ofrece actualmente ninguno de los títulos de Harry Potter en el formato electrónico, los piratas han digitalizado todos los libros y los han convertido en archivos PDF que pueden ser vistos en cualquier lector de libro electrónico.
“Si los libros electrónicos no se pueden obtener legítimamente, otros se ofrecerán a llenar el vacío; y una vez que se establezca una industria de piratería, no será probable que desaparezca fácilmente”, plantea Enderle. En vez, las editoriales deberían seguir la pauta de la industria discográfica y ofrecer mayor disponibilidad de títulos.
Los editores han producido más ediciones digitales para sus libros y las rentas están subiendo. La venta al por mayor de libros electrónicos en los Estados Unidos de América durante los tres primeros trimestres de 2009 (US$110 millones) se triplicó comparada con los niveles de 2008, según el International Digital Publishing Forum.
DRM no es la solución para la piratería de libros electrónicos
Mientras la publicación de libros electrónicos protegidos por DRM parece ser la solución más lógica a la piratería, la idea ha sido criticada tanto desde dentro de la industria literaria como por los consumidores. Primero, los editores están asustados por los informes sobre la piratería a la tecnología DRM utilizada en el Kindle y en el Sony Reader, plantea Nick Bogaty, un experto en tecnología DRM para Adobe. Segundo, los consumidores miran con recelo la compra de libros digitales con un DRM inflexible que amarra un libro electrónico a un número limitado de lectores electrónicos.
Los críticos dicen que los dos proveedores de libros electrónicos protegidos por DRM, Amazon y Adobe, están atrofiando el crecimiento de la industria. Por ejemplo, el Amazon Kindle usa su propio formato de libro electrónico AZW restringido por DRM. La gente que compra un libro electrónico en su Kindle no puede trasladarlo al lector electrónico de una compañía rival.
Los problemas de DRM se complican más cuando los fabricantes de dispositivos, como Amazon, comienzan a negociar derechos de publicación exclusivos para su producto. Amazon firmó un acuerdo con el best-seller de libros de negocio Stephen R. Covey para publicar varios de sus títulos, incluyendo The 7 Habits of Highly Effective People y Principle-Centered Leadership, exclusivamente para el Kindle. La compañía también ha negociado derechos exclusivos para el Kindle del autor Stephen King y de una biografía de la primera dama estadounidense, Michelle Obama.
“Ahora estamos viendo la piratería de grandes volúmenes de libros electrónicos en las redes de archivos compartidos y en sitios de la Web”, dice Ed McCoyd de la Asociación de Editoriales Estadounidenses, una organización comercial que representa a las más importantes casas editoriales de ese país. Se desconoce el porcentaje de crecimiento desde el año pasado de los títulos disponibles ilícitamente, indica McCoyd. Otras editoriales, como Hachette Book Group, alegan que la piratería de libros electrónicos ha crecido “exponencialmente” desde el año anterior.
Una revisión de los libros electrónicos disponibles para la descarga ilícita confirma que la piratería de libros electrónicos ya no está dominada por los títulos técnicos sino que incluye autores de best-sellers como Janet Evanovich, John Grisham y James Patterson. PCWorld encontró que una tercera parte de los 15 libros de ficción de mejor venta en la lista de Publisher’s Weekly de 2009 se podían encontrar en una red creciente de compañero a compañero, en sitios de intercambio de libros y en servicios de archivos compartidos.
La disponibilidad de los libros de mejor venta es sólo el comienzo. PCWorld descubrió estanterías virtuales, llenas de títulos de libros electrónicos pirateados que varían desde la ficción y la no ficción popular con derechos de autor hasta cuadernos escolares y libros electrónicos que muestran cómo hacer las cosas. Todos se pueden descargar y están listos para verse con su lector de libros electrónicos favorito, ya sea el Amazon Kindle, el Sony Reader, o el Nook de Barnes & Noble.
“Estamos conscientes que la piratería de libros electrónicos es un problema y nos tomamos el asunto muy en serio”, dice Paul Aiken, director administrativo de The Authors Guild (Gremio de autores), un grupo que representa a los escritores. “Hemos visto cómo la industria cinematográfica y musical han tenido que lidiar con esto y la lógica dice que también nos tocará enfrentarnos al problema”. Aiken dice que aunque no le preocupa el crecimiento en la disponibilidad de títulos electrónicos en la Internet, no está convencido de que el número de personas que realmente descargue archivos digitales aumente tan rápido.
Comparado con la piratería de la música, los libros electrónicos ilícitos no están tan generalizados ni son tan fáciles de adquirir. Los piratas deben estar determinados a encontrar títulos específicos de libros electrónicos. Los archivos de libros electrónicos pirateados (comúnmente disponibles como PDF) a veces están mal reproducidos y en ocasiones no son más que imágenes de páginas digitalizadas—no texto.
Entre la espada digital y la pared
La preocupación sobre la piratería ha impedido que muchos editores y autores, especialmente J.K. Rowling, autora de la serie de libros Harry Potter, adopten el formato del libro electrónico—lo cual es una lástima para los lectores. El temor es que los archivos de libros electrónicos protegidos por la tecnología de administración de derechos digitales (DRM) pudiera ser pirateada de cualquier manera. Sin embargo, negarse a aprovechar el formato de libro electrónico a veces puede ser contraproducente y fomentar la piratería, dice el analista de tecnologías del consumidor Rob Enderle del Enderle Group.
Por una cantidad de dinero relativamente pequeña, los piratas tienen la posibilidad de convertir cualquier libro en un archivo de texto sin protección, aún cuando no se cree un libro electrónico legítimo, dice Enderle. “Este temor por la piratería electrónica realmente está fomentando el movimiento de la piratería”, apunta él.
Eso es lo que sucedió con la obra de Rowling. Aunque Scholastic’s Books, la casa editorial de Rowling, no ofrece actualmente ninguno de los títulos de Harry Potter en el formato electrónico, los piratas han digitalizado todos los libros y los han convertido en archivos PDF que pueden ser vistos en cualquier lector de libro electrónico.
“Si los libros electrónicos no se pueden obtener legítimamente, otros se ofrecerán a llenar el vacío; y una vez que se establezca una industria de piratería, no será probable que desaparezca fácilmente”, plantea Enderle. En vez, las editoriales deberían seguir la pauta de la industria discográfica y ofrecer mayor disponibilidad de títulos.
Los editores han producido más ediciones digitales para sus libros y las rentas están subiendo. La venta al por mayor de libros electrónicos en los Estados Unidos de América durante los tres primeros trimestres de 2009 (US$110 millones) se triplicó comparada con los niveles de 2008, según el International Digital Publishing Forum.
DRM no es la solución para la piratería de libros electrónicos
Mientras la publicación de libros electrónicos protegidos por DRM parece ser la solución más lógica a la piratería, la idea ha sido criticada tanto desde dentro de la industria literaria como por los consumidores. Primero, los editores están asustados por los informes sobre la piratería a la tecnología DRM utilizada en el Kindle y en el Sony Reader, plantea Nick Bogaty, un experto en tecnología DRM para Adobe. Segundo, los consumidores miran con recelo la compra de libros digitales con un DRM inflexible que amarra un libro electrónico a un número limitado de lectores electrónicos.
Los críticos dicen que los dos proveedores de libros electrónicos protegidos por DRM, Amazon y Adobe, están atrofiando el crecimiento de la industria. Por ejemplo, el Amazon Kindle usa su propio formato de libro electrónico AZW restringido por DRM. La gente que compra un libro electrónico en su Kindle no puede trasladarlo al lector electrónico de una compañía rival.
Los problemas de DRM se complican más cuando los fabricantes de dispositivos, como Amazon, comienzan a negociar derechos de publicación exclusivos para su producto. Amazon firmó un acuerdo con el best-seller de libros de negocio Stephen R. Covey para publicar varios de sus títulos, incluyendo The 7 Habits of Highly Effective People y Principle-Centered Leadership, exclusivamente para el Kindle. La compañía también ha negociado derechos exclusivos para el Kindle del autor Stephen King y de una biografía de la primera dama estadounidense, Michelle Obama.
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