Como sucede con muchos otros fabricantes, el aporte de Intel no es un asunto de simple buena voluntad, sino que está relacionado con hacer que su propia tecnología funcione bien con el sistema, y quizás más importante aún, asegurar que su futuro hardware pueda utilizar Linux como sistema operativo mas allá de los clásicos computadores de escritorio y servidores. Un ejemplo de este enfoque es el desarrollo de la plataforma Moblin, su interés en cooperar con Nokia y los grandes cambios aplicados al sistema gráfico, en donde Intel incluso cuenta entre sus filas con uno de los ingenieros más destacados en esta área: Keith Packard.
Pero no todo es perfecto, y las cosas se ponen turbias cuando por diversos motivos hay que trabajar en conjunto con otras empresas que van más atrás en la evolución del código abierto. Y es lo que sucede con la tecnología que Intel licenció de PowerVR para sus chips gráficos GMA 500.
El GMA 500 se utiliza en varios netbooks con procesador Atom de la serie Z, como los Inspiron Mini 10/12 y la serie P de Vaio. Estos equipos pueden funcionar correctamente con Ubuntu Netbook Remix gracias a que se hizo un trabajo de integración especial para esta distribución, pero las limitaciones comienzan al querer cambiar a Ubuntu Netbook Remix por otro sistema de código abierto.
PowerVR no es una empresa interesada en trabajar de forma colaborativa, y ha puesto trabas que han imposibilitado a Intel y la comunidad en general de mejorar el driver y mantenerlo para ser integrado a las distribuciones de Linux como Intel lo ha hecho con el resto de su hardware.
El sitio especializado Phoronix calificó el driver de GMA 500 (Poulsbo) como un horrible desastre, debido a que lo poco que tiene de código abierto no está mantenido desde hace más de un año y como si esto no fuera suficiente, además depende de un archivo binario de código cerrado (Blob).
Dada esta situación, cuando se intentó incorporar la sección de código abierto de este driver al kernel de Linux, fue rechazado inmediatamente por depender directamente de código cerrado, situación que genera un problema de licenciamiento sin mencionar además los problemas técnicos que a mediano y largo plazo también se generan.
Los desarrolladores de Ubuntu ya declararon que no integrarán este driver a Ubuntu 9.10, y en el proyecto Fedora se ha creado un paquete que facilita en cierta medida su instalación, pero está lejos del estándar de experiencia de usuario alcanzado por el resto de los drivers de Intel.
El soporte de este driver está totalemente fuera de las manos de la comunidad, y lo que es peor, los hechos demuestran que también está fuera de las manos de Intel ya que es PowerVR quien debe dar el paso para no quedar atrás como proveedor de tecnología en un mundo que ya cambió.
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