El proyecto de crear una tableta para navegar por Internet de bajo costo, denominado CrunchPad, se ha cancelado definitivamente. Y la historia que hay detrás de esta cancelación podría ser un excelente argumento para una nueva teleserie del mundo tech.
Es el mismo Michael Arrington (fundador del sitio TechCrunch y uno de los líderes del proyecto) el que nos cuenta las razones que provocaron que el proyecto sucumbiera, según él, producto de la codicia, los celos y la falta de comunicación.
En la nota, Arrington afirma que hace dos semanas todo estaba listo para el lanzamiento del dispositivo, que se había mostrado muy estable, la interfaz funcionaba muy bien y en general, todo el proyecto estaba en un estado de maduración tal que daba para mostrarse confiado de su éxito.
La idea original era presentar el CrunchPad el 20 de Noviembre pasado en distintos eventos realizados en vivo. Incluso era tal la confianza que tenían en el dispositivo que pretendían mostrar algunos modelos corriendo Google Chrome OS y Windows 7, como para demostrar que se podía correr casi cualquier aplicación que el usuario estimara conveniente.
Pero tres días antes de su debut -el 17 de Noviembre- recibieron un correo de uno de los socios del proyecto, Chandra Rathakrishnan, con el asunto “Ninguna buena noticia”. De inmediato Arrington lo relacionó con una nueva postergación provocada por la pantalla, que ya les había dado dolores de cabeza con anterioridad. Pero en el correo se les comunicaba que tanto Arrington como todos sus secuaces ya no estaban involucrados en el proyecto, a causa de la presión ejercida por los accionistas de la compañía que representaba y que habían decidido seguir adelante con el proyecto en solitario, comercializando el producto en forma directa (esos sí que son “socios”).
Como para darle un mayor respaldo a su correo, Chandra les remitió un correo interno de uno de sus accionistas donde se señala en una de sus partes
Aún reconocemos que Arrington y TechCrunch aportaron algo valioso en el emprendimiento … Si él está de acuerdo con nuestros términos, podría asumir el papel de visionario/evangelista/director de marketing y Fusion Garage (la firma asociada en la producción del aparato) adquiriría los derechos de uso de la marca y el nombre de Chunchpad. Personalmente no creo que el nombre sea tan importante pero parece ser que existe algún vínculo con este.
Resumiendo un poco la extensa nota, Arrington describe la cantidad de personas y empresas que estuvieron involucradas en el proyecto, junto con los esfuerzos desplegados para lograr ofrecer el producto a un precio que resultara competitivo. Finaliza diciendo que él y TechCrunch son dueños de gran parte de los derechos sobre la idea del CrunchPad, por lo que no descarta acciones legales. Pero por sobre todo, afirma estar muy triste por la muerte prematura de este proyecto.
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