Oleg Mikhalsky, director de desarrollo de negocio de Infowatch, aprovechó la celebración del evento de ISMS Fórum, para dar a conocer cuál es su visión acerca de la adopción de la tecnología DLP, en particular, y del mercado de seguridad, en general, y denunció los problemas que se encuentran los directivos de seguridad de las compañías “a la hora de justificar la inversión en tecnología DLP”.
Así, según el directivo, “a pesar de que diferentes estudios aseguran que la adopción de la tecnología DLP ha alcanzado el 60 por ciento del total, estos datos son imprecisos”. Y es que Oleg Mikhalsky considera que existe una falta de información de la situación de mercado, debido, fundamentalmente, "a la existencia de pocos datos tangibles” y animó a los asistentes al evento de ISMS Fórum, a “compartir las experiencias”.
Oleg Mikhalsky señaló que “el mercado está tratando de abordar demasiadas cosas con la tecnología DLP, y ésta se encuentra ante retos como la gestión de derechos de documentos digitales; la protección de los canales de pérdidas de información tradicionales, como son los USB o el correo electrónico; o las auditorias y evaluaciones de riesgos de políticas de las empresas, entre otras”.
La situación es más compleja “si atendemos a los datos que disponemos en Infowatch sobre la situación del mercado empresarial”. Así Oleg Mikhalsky señaló que “el 60 por ciento de las compañías no cuenta con una definición de datos sensibles, el 50 por ciento no tiene políticas de gestión de datos, el 30 por ciento no considera un problema la fuga de datos, el 70 por ciento está más preocupado por los efectos que pueda tener la situación económica en su negocios que por implementar la tecnología DLP, y sólo un 5 por ciento cuenta con una estrategia de este tipo”.
Ante esta falta de interés, “las empresas se encuentran con serios problemas". De hecho durante el primer semestre de 2009, "los incidentes por fugas de datos crecieron un 80 por ciento, lo que supuso 250 millones de registros perdidos”. Además, “las fugas maliciosas ya superan a las ocasionales, al suponer el 56 por ciento del total. Un importante incremento si se compara con los datos de 2008, cuando el porcentaje fue del 48 por ciento”.
Si continuamos con los datos “cada vez que se produce una fuga de información se pierden 3.700 registros, lo que supone unas pérdidas económicas de más de 340.000 euros”.
Oleg Mikhaslsky denunció los problemas que se encuentran los directivos de seguridad de las compañías “a la hora de justificar la inversión en tecnología DLP” e instó a estos a que “realicen consultorías, establezcan prioridades, calculen modelos de amenazas y potenciales pérdidas”, ya que “ningún antivirus ni ningún cortafuegos suplanta una estrategia DLP”.
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