domingo, 18 de octubre de 2009

Las ideas se convierten en lenguaje en poco más de medio segundo

Las ideas se convierten en lenguaje en  poco más de medio segundo
El escáner de cerebro muestra los electrodos usados con los pacientes de epilepsia / Ned T. Sahin, PHD / Sean McInerney

El viejo dicho de que algunas personas hablan antes de pensar puede ser exagerado, pero no tanto. Desde que elaboramos una idea, ya sea un insulto o una declaración de amor, hasta que ésta se convierte en palabras que pueden salir por nuestra boca pasan exactamente 600 milisegundos. Un proceso muy rápido que, como nos dice la experiencia, puede hacernos víctimas de más de alguna confesión precipitada. Si le ocurre algo parecido, aunque uno deba ser el amo de sus palabras, siempre puede excusarse y culpar a una zona del cerebro que se llama área de Broca.
El físico francés Pierre Paul Broca descubrió en 1865 que la corteza frontal inferior izquierda, ahora conocida como el área que lleva su nombre, juega un papel importante en la producción del lenguaje. Desde entonces, los científicos aplicados en esta materia habían avanzado relativamente poco en la comprensión del mecanismo neuronal que facilita esta habilidad. Este retraso se debe en gran medida al hecho de que el lenguaje no puede ser estudiado en modelos animales.
Ahora, investigadores de la Universidad de California-San Diego y la Universidad de Harvard han podido registrar la velocidad en la que el cerebro identifica las palabras, aplica las reglas de la gramática y luego organiza el habla. Y lo hace a la velocidad del rayo, en poco más de medio segundo. El estudio, publicado en la revista Science, se realizó durante la preparación prequirúrgica de tres pacientes con epilepsia, una oportunidad única de documentar la actividad neuronal.
Los científicos implantaron electrodos en las regiones del cerebro de estos pacientes, incluida el área de Broca. Se les pidió que participaran en un ejercicio en el que debían repetir para ellos mismos en silencio palabras, cambiarlas de singular a plural (si era un nombre) o conjugarlas (si se trataba de un tiempo verbal), para ver cómo esta actividad influía en el cerebro. Estas tareas corresponden a componentes básicos del lenguaje, como son las palabras, la gramática y la fonología. Los investigadores identificaron patrones de actividad neuronal a 200, 320 y 450 milisegundos, tiempos que encajan con los cerca de 600 milisegundos necesarios para el inicio de la palabra.

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